Descubriendo el corazón de un centro educativo
Yo: Hoy nos encontramos en el CEIP “Sierra de la Aurora”, un centro público situado en Logroño que destaca por su innovador enfoque en inteligencia emocional y su proyecto de introducción de las tecnologías en las aulas. Hablamos con su directora, María López, quien lleva ya cuatro años al frente de este colegio. María, muchas gracias por recibirnos.
María López: Gracias a vosotros. Siempre es un placer poder compartir cómo funciona un centro por dentro, más allá de las aulas.
Yo: Para muchos, la estructura interna de un colegio puede parecer algo monótono y aburrido. Pero tú siempre dices que ahí está la clave, ¿por qué?
María López: Detrás de cada recreo, cada clase y cada actividad extraescolar, existe un engranaje cuidadosamente diseñado. Conocer quién toma las decisiones, cómo se organizan los tiempos y espacios, y qué documentos orientan nuestras acciones no es solo importante sino que es fundamental para que todo funcione con coherencia y podamos garantizar una educación de calidad.
Yo: Empecemos por el principio, ¿cómo se estructura el equipo directivo en este centro educativo?
María López: En nuestro caso, como en cualquier centro público, está formado por tres personas: yo, como directora; Marcos, nuestro jefe de estudios; y Ana, la secretaria. Cada uno desempeña un papel fundamental para asegurar el buen funcionamiento del centro. En primer lugar, como directora coordino el conjunto del funcionamiento escolar y la gestión económica, incluso me encargo de promover un ambiente positivo y efectivo para el aprendizaje. También muchas veces tengo que actuar como representante de esta escuela. Por otro lado, Marcos se ocupa de todo lo que tenga que ver con la parte académica (materias, exámenes, organización de tutorías...). Y Ana, además de gestionar los recursos financieros, también se encarga de la documentación administrativa del centro. Pero siéndote sincera, al ser un colegio tan grande, la mayoría de veces trabajamos en equipo para que se note la conexión de todas las partes e intercambiar opiniones y ayuda, que muchas veces nos es necesaria.
Yo: ¿Y el Consejo Escolar? ¿Qué papel juega aquí?
Solemos reunirnos al menos tres veces al año para tomar decisiones importantes relacionadas con la metodología del centro, la gestión económica o nuevas propuestas e innovaciones. Es un espacio profundamente democrático, donde todas las voces tienen su lugar y su valor.
Yo: ¿Y qué hay del claustro?
Aquí decidimos cómo vamos a enseñar, qué recursos vamos a utilizar y qué formación necesitamos como docentes. Por ejemplo, este año estamos implementando la metodología flipped classroom y diseñando espacios de aprendizaje colaborativo. El claustro también determina los recursos digitales que se emplearán, actualiza el Proyecto Curricular y coordina los procesos de evaluación continua. A través de reuniones periódicas, se asegura de que todo el equipo docente persiga los mismos objeticos, metodologías y criterios de mejora, trabajando de forma unida para ofrecer una buena educación.
Yo: Sabemos que la estructura también se plasma en documentos. ¿Qué destacarías del PEC, por ejemplo?
María López: El PEC define la identidad de nuestro centro, quiénes somos, que valores transmitimos y hacia dónde queremos avanzar. En nuestro caso, apostamos por una educación inclusiva, emocionalmente consciente y muy conectada con la naturaleza. De ahí, que llevemos a cabo iniciativas como los huertos escolares y aulas al aire libre. Y todo esto luego se concreta en planes más específicos.
Yo: Como la Programación General Anual (PGA), el Plan de Atención a la Diversidad (PAD), el Plan de Convivencia…
María López: Exacto, la Programación General Anual es el documento que traduce nuestra visión educativa en acciones concretas. Cada curso, en la PGA, se detallan las actividades previstas, el presupuesto asignado (por ejemplo para la adquisición de nuevas herramientas tecnológicas) y las propuestas de formación para el profesorado. Este año, hemos incluido un proyecto sobre robótica educativa, que incluye actividades extracurriculares, teniendo que aumentar el número de tabletas y pantallas interactivas en las aulas.
El Plan de Atención a la Diversidad es uno de los documentos más relevantes. A lo largo del curso, identificamos las necesidades educativas especiales de nuestros estudiantes y trabajamos en coordinación con el equipo de orientación, psicopedagogos y especialistas externos para dar respuestas adaptadas y eficaces.
En cuanto al Plan de Convivencia se centra en crear un entorno seguro y respetuoso. Fomentamos la resolución de conflictos mediante talleres de mediación escolar y círculos de diálogo, además tenemos un sistema de alertas digital donde los estudiantes pueden reportar cualquier incidente de manera anónima. La convivencia aquí no solo se basa en la disciplina, sino en la construcción de una comunidad respetuosa y colaborativa.
Yo: Y ya, para terminar, ¿qué dirías que hace especial al CEIP Sierra de la Aurora?
María López: Yo diría que su comunidad. Las familias están muy implicadas, el alumnado es participativo y el equipo docente está constantemente formándose. Tenemos un programa pionero de educación emocional, y este curso hemos implementado el “Patio Vivo”: los alumnos co-diseñan los espacios de recreo con propuestas que después se debaten en asambleas. Además, somos un centro de prácticas para futuros maestros, lo que nos mantiene frescos y conectados con lo último en educación.
Yo: María, ha sido un placer escucharte. Ahora sabemos que detrás de cada lección e innovación hay una estructura apasionante que lo hace posible. Gracias por abrirnos las puertas de tu centro.
María López: Gracias a vosotros. Siempre digo que un centro educativo es como un organismo vivo. Y como tal, necesita un buen esqueleto, pero también un corazón que lo impulse. Aquí, intentamos cuidar ambas cosas.
Los nombres de las personas que forman parte de los docentes y el nombre del propio colegio junto con su localidad son inventados,.


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